Zacatecas. En Plaza de Armas disfrutan su privilegiada voz y el humor que le caracteriza
El cielo primaveral zacatecano, una vez más, fue testigo de los sonidos que en la Plaza de Armas de la capital zacatecana se generan a través de los conciertos del Festival Cultural Zacatecas (FCZ) 2018; esta ocasión fueron los de la extraordinaria intérprete y actriz Regina Orozco.
Con una voz privilegiada, el humor que le caracteriza y, también, con un virtuosismo artístico que le ha llevado a cantar ópera, música vernácula, pop, alternativo y cabaret, así como a actuar en televisión, teatro y producciones cinematográficas que le han valido galardones como el Ariel en 1997 por la película Profundo Carmesí, Regina Orozco ofreció una velada con Canciones pa’ lavar trastes, pa’ locas y despechadas.
Desprendidas no únicamente del álbum que en el 2015 lazó bajo el sello Fonarte, y con el que previamente convocó a sus seguidores para solventarlo a través de una fondeadora, las canciones de Regina Orozco evocaron recuerdos por ser populares en los 80, los 90 y el 200 aunque, también, condujeron al humor a través de sus intervenciones.
La Mega Bizcocho, también conocida así la cantante que en el 2010 formó parte del proyecto Las Corregidoras al lado de artistas como Susana Zavaleta, Natalia Lafourcade, Ely Guerra, entre otras más, regaló grandes momentos con su voz enérgica y dulce; una que le ha colocado como una de las intérpretes mexicanas con mayor versatilidad.
Activista también por los derechos de las mujeres, las niñas y los niños, y figura representativa de la Comunidad LGBTI, Regina Orozco forma parte de un notorio movimiento nacional de mujeres actrices y cantantes como Astrid Hadad, Liliana Felipe y Jesusa Rodríguez, quienes hacen de sus conciertos grandes espectáculos de cabaret.
La Orquesta de la Provincia de Beto Díaz, originaria de Fresnillo, Zacatecas, y que cuenta con una distinguida trayectoria de más de 60 años por mantener viva la música de antología, el danzón, el mambo y el cha cha cha, fue la encargada de inaugurar el escenario con temas clásicos, tanto ajenos como compuestos por ellos.
