Opinión

luz oscuridadFilomeno Pinedo Rojas

Solo imagina una formación de personas cuya fila alcanza casi 30 kilómetros de largo. La mayoría son jóvenes, pero también van adultos y menores de edad. Son los 33 mil 308 mexicanos y mexicanas muertos durante el 2021 en la ola de violencia que azota a nuestro país. Este es el primer año en que desciende de manera clara el número de víctimas de homicidio doloso, desde que en 2019 alcanzó la horrorosa cifra de 34 mil 690.

Detener el incremento desmesurado que se veía cada año desde el 2015 que se contabiliza el número de homicidios derivados de la operación del crimen organizado, no habrá sido fácil. Porque todo parecía indicar que el número se elevaría hasta el infinito, valga la expresión, y es que, de las 17 mil 887 personas muertas registradas en ese año, pasó a 22 mil 542 en 2016, y de ahí, a 28 mil 870 al año siguiente. Para el 2018 se alcanzaron 33 mil 739. El incremento promedio por año es superior al 23 por ciento, según informó la Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Rosa Icela Rodríguez.

El cambio de estrategia para enfrentar este mal, implementada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no solo contuvo el crecimiento de víctimas, sino que, en el tercer año vemos una disminución que pone las cifras por debajo del 2018. Eso significa una esperanza puesto que, aunque leve, ahora se puede ver la luz al final del macabro túnel.

Pero que nadie agite las campanas, la situación sigue siendo muy seria, pero si la estrategia en marcha demuestra ser la correcta, en el 2022 veremos mejores frutos, y las familias doloridas serán menos que en el año que terminó. Y al hablar de estrategia, no hay que limitarse a la acción de las fuerzas de seguridad y su inteligencia, sino también al mantenimiento de los programas del bienestar que apoyan a millones de mayores de edad, millones de estudiantes y millones de jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida y niños y niñas con discapacidad. Porque, de alguna forma, esto es una vacuna contra esa pandemia.

Es de esperar que también en Zacatecas haya contención del homicidio doloso y que deje de crecer el número que, sin freno alguno, pasó de 727 en 2017, a 1,188 en 2020 y 1,741 en 2021, según las cifras dadas a conocer por el gobernador David Monreal Ávila el 9 de enero pasado, con datos de la Procuraduría General de Justicia del Estado. No omito señalar que no todo está en manos de la acción del Estado, porque mientras exista un inmenso mercado de consumidores de estupefacientes en Estados Unidos, siempre habrá quienes se ocupen de abastecerlo, porque la demanda crea la oferta. Pero aún con eso, no puede ser con una violencia desmedida, y ahí cuenta la acción del gobierno federal y estatal que han demostrado tener la voluntad y decisión de evitar la pérdida de vidas, muchas de ellas inocentes. Enhorabuena.

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