Opinión

trío deDavid Monreal Ávila

Recientemente, durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, preguntaron al presidente los aspectos que destaca de los dos primeros años de su administración, a lo que contestó que es el combate a la corrupción, a la pobreza y una política ciudadana que no reprime a la sociedad, lo que más le enorgullece.

El nuevo gobierno impulsa una transformación histórica que aspira a ser tan grande y profunda -guardando proporciones-, como las tres anteriores: independencia, reforma y revolución.

Uno de los mayores retos, y que hoy podemos contar como un triunfo más, es llevar a cabo esta transformación de forma pacífica, con el respaldo del pueblo y en convivencia democrática con la nueva oposición, a pesar de las poco éticas estrategias mediáticas que tradicionalmente usa el conservadurismo para mantener sus privilegios.

Permitir la libre manifestación de ideas y las pocas y poco concurridas movilizaciones contra el presidente Andrés Manuel, han sido un enorme gesto de auténtico cambio, lejos del viejo revanchismo político que dividía a la sociedad, se ha procurado un gobierno para todos, pero con énfasis en apoyar a las poblaciones históricamente marginadas.

Para garantizar que las políticas sociales tengan continuidad y que no sean utilizadas, como mucho tiempo lo fueron, como moneda de cambio electoral, se han elevado a rango constitucional las pensiones a los adultos mayores, personas con discapacidad, becas para jóvenes estudiantes y los servicios de salud universal.

A pesar de las dificultades económicas internacionales, la moneda mexicana se ha mantenido fuerte en el mercado de divisas, la balanza comercial también ha sido favorable, y los apoyos a pequeños productores han mejorado nuestra capacidad para abastecer la demanda nacional en algunos productos de nuestra canasta alimentaria.

Por otro lado, en lo que va de la presente administración la Unidad de Inteligencia Financiera ha bloqueado 12 mil 191 cuentas relacionadas con más de 52 millones de dólares por los ilícitos de robo de hidrocarburo, corrupción política, trata y tráfico de migrantes, empresas fachada, factureras, aduanas, secuestro y tráfico de armas; y congeló un total de 5 mil 554 millones 723 mil 319.35 pesos.

Además, la Fiscalía General de la República entregó 2 mil millones de pesos incautados a la delincuencia, al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, que fue creado por el Presidente para destinar a causas sociales los recursos recuperados por el poder judicial.

Otro aspecto emblemático de la 4T son los avances en el caso Ayotzinapa, como la detención de José Ángel Casarrubias, “El Mochomo”, presunto líder de Guerreros Unidos, 46 nuevas órdenes de aprehensión por el caso, y nuevos análisis de restos en la Universidad de Innsbruck para su identificación; asimismo se estableció colaboración con la Interpol para localizar y detener al que fuera el titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, quien huyó de México.

Orgullosos como estamos de nuestro trabajo, tenemos la confianza para seguir adelante cosechando resultados hasta que lo viejo termine de morir y lo nuevo termine de nacer. ¡La 4t va!

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Guadalupe