Opinión

solicitud empleo acg 356x220Manuel Ibarra Santos

En la actualidad, casi 500 mil personas con licenciatura y posgrado en el país integran el numeroso ejército de desocupados, lo cual se traduce en una tragedia y en un desperdicio de capital humano de dimensiones inconmensurables. Uno de cada dos desempleados registrados en la república (el 50%) son profesionistas universitarios, lo revela el INEGI a través de su más reciente Encuesta de Ocupación y Empleo (ENOE). Zacatecas aporta un alto porcentaje al respecto.

Pero hay algo más preocupante: del total de profesionistas desocupados, el 57% de ellos son jóvenes entre los 20 y 29 años de edad, lo que habla del drama que afecta a las generaciones de egresados de las instituciones de educación superior de Zacatecas y México.

El ejército de profesionistas desempleados es encabezado por abogados, administradores, contadores, psicólogos, comunicadores, médicos, ingenieros, criminólogos, arquitectos, mercadólogos, educadores y en general por egresados de todas las áreas del conocimiento. Ninguna se salva.

Hasta hace algunos años atrás, los profesionistas desocupados ocupaban un tercio del total; ahora la formula se ha modificado y es del 50%, lo ilustran las cifras duras al respecto.

A esta realidad lacerante se suman otros factores que agudizan la crisis de empleo que afecta a los profesionistas egresados de las más de 5 mil instituciones de educación superior que funcionan en el país.

Uno de esos elementos se asocia al hecho de que, en nuestro país, no se valora correctamente la formación profesional y, tampoco, se dimensiona adecuadamente la producción de conocimiento.

En nuestro país, los que tienen mayores grados de estudios, son los que más batallan a la hora de conseguir trabajo. Esa es una paradoja profunda.

Esta circunstancia nos narra otro hecho incontrovertible: la educación ha dejado de ser un real y efectivo elemento de movilidad social. El contar con un titulo universitario no es garantía de prosperidad, de bienestar, de mejoramiento social. Por lo menos no en la República mexicana.

LA TASA DE DESOCUPACIÓN ENTRE PROFESIONISTAS:

La tasa de desocupación entre egresados universitarios es superior a la tasa general de desempleados. La primera es del 4.5%, en tanto la segunda es del 3.3%

A lo anterior se agrega adicionalmente, como un ingrediente negativo que, en el sistema educativo mexicano, no existe un mecanismo, acciones estratégicas de promoción vocacional, de seguimiento de egresados, de vínculo real entre escuela y mundo del trabajo.

El sistema educativo superior mexicano lo que ha estado haciendo es formar egresados destinados a la industria maquiladora, espacios laborales donde se les subestima y devalúa terriblemente y se les pagan salarios muy precarios.

Efectivamente, nuestro modelo de educación superior, fuertemente de carácter napoleónico, dirigido a la formación de profesionistas liberales, no contempla con fuerza la prioridad de atender la producción de científicos y tecnólogos, necesarios para estimular la transformación de la estructura productiva atrasada que existe en la entidad.

ZACATECAS Y LAS TENDENCIAS INERCIALES.

En Zacatecas, las políticas de educación superior se mueven en la línea de las tendencias inerciales, caracterizadas por una ausencia de visión estratégica, lo que ha impedido que nos coloquemos en los espacios de la creatividad y la innovación. Se padece una pérdida de horizonte. No se cuenta con definiciones hacia dónde se quiere ir.

En Zacatecas, por lo pronto, las instituciones de educación superior seguirán produciendo cantidades industriales de egresados que engrosarán las filas de los ejércitos de desempleados y sub/ocupados. Una falla más de las políticas del actual gobierno del Estado y de sus representantes en el sector.

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