Opinión

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Guillermo Correa Bárcenas/De Norte a Sur

A mes y medio de su peor derrota, el PRI sigue noqueado y sin poder levantarse. Al contrario, da la impresión de querer quedarse en la lona y todo lo que hace va en ese sentido sin importarle los chiflidos de rechazo de la ciudadanía satisfecha de ver sin futuro al arrogante campeón con marrullerías. Lejos están los  momentos de gloria pagada con publicidad, cuando, por ejemplo, la actual lideresa del Partido Revolucionario Institucional ganaba hasta en concursos de cocina, como hace tres años con su receta para el mejor guacamole durante la primera edición de la Expo México Alimentaria, misma que esta semana vuelve a exhibirse sin tinte político alguno, pero en contraste con la otra cara del país y el fracaso de la actual administración en su Cruzada Nacional contra el Hambre.

Ahora la dirigencia priista advierte que estará pendiente de lo que haga el nuevo gobierno, aunque no es capaz de vigilar lo que pasa en su sector campesino donde a toda costa sigue la maniobra para imponer en el liderazgo a Ismael Hernández Deras sin importar la violación de Estatutos de la Confederación Nacional Campesina. Tampoco le importa el comportamiento de falsos orgullosos militantes que no conocen de la humildad que debe caracterizar a un buen perdedor, que es el caso del actual titular de la Sagarpa, quien en reciente evento, a gritos e insultos de que: “¡El Secretario soy yo!”, exigió que bajaran del presídium al doctor Víctor Manuel Villalobos, invitado por los organizadores en su calidad de titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en el próximo gobierno morenista.

Por situaciones como las mencionadas, los observadores y analistas políticos sólo le dan tres años más de vida al PRI.

El espejo de la crisis profunda del Instituto con 72 años de existencia, antes llevó otros nombres, y se refleja en la CNC. El asunto está así: El senador Manuel Cota Jiménez asumió la presidencia de La Campesina en agosto de 2014 para un periodo de cuatro años. En febrero de 2017 pidió licencia al Senado y acudió a la “Ausencia Temporal” en la presidencia de La Campesina con la finalidad de disputar la gubernatura de Nayarit a nombre del PRI y dejó como Encargado de Despacho al secretario general Rubén Escajeda Jiménez. Sin embargo, al ser derrotado Cota, en octubre de 2017 el entonces líder del PRI, Enrique Ochoa Reza, tomó la protesta a Hernández Deras como presidente cenecista. Ocho meses después, en julio pasado, el legislador duranguense que desde un principio quiso pasar como segundo Encargado de Despacho, citó a reunión del Consejo Político y de Desarrollo Rural a fin de que convocara a la renovación de la dirigencia. Sin importarle que la reelección en la CNC esté prohibida, se apuntó como candidato único con la complicidad de los prominentes priistas Beatriz Paredes Rangel y Augusto Gómez Villanueva. Y Ante la inconformidad silenciosa que poco a poco va destapándose crece un movimiento de impugnación contra el que llaman “impostor”.

La rebeldía por la violación a los estatutos se hizo más clara con la impugnación del senador y exdirigente nacional, Gerardo Sánchez García, y del coordinador de los diputados del sector agrario del PRI, Francisco Javier Santillán Oceguera. Prepotente, Hernández Deras argumenta que el acontecer en la CNC es por decisión del Presidente Enrique Peña Nieto. El reclamo fue y es que si no era líder formal como Encargado de Despacho estaba impedido de convocar. Acorralado, el duranguense acudió con su amigo Cota para que se presente en la CNC en calidad de presidente durante los días que faltan para que el 28 de agosto se le entregue oficialmente la Presidencia de la Campesina.       

Entre tanto, el repudiado Hernández Deras no deja de acudir al terrorismo verbal y amenazar con correr al 50 por ciento del personal de la CNC en la sede nacional. Al mismo tiempo recorre la República con la finalidad de legitimarse. Sólo que hay estados en que se le recuerda que él fue dirigente del sector popular en Durango y que nada conoce del campo. No olvidan que para celebrar su cumpleaños 50 se gastaron más de 10 millones de pesos y, mucho menos, que nada hizo porque el voto campesino no fuera en contra del PRI en las elecciones federales de julio pasado. Bueno, en su recorrido hasta el nombre se ha cambiado. El lunes 13 estuvo en Oaxaca y según la propaganda ahora se llama Alfredo Hernández Deras.

Todo esto bajo el silencio de la dirigencia del PRI que encabeza Claudia Ruíz Massieu. Históricamente el sector campesino cenecista es priista cuando conviene y si no es así la CNC queda como una simple asociación civil.    

Y si la CNC es el espejo de lo que sucede en el PRI, continuamos con la muestra de dos caras de un gobierno priista que ya no es, pues el Revolucionario Institucional prácticamente desapareció desde el primero de julio y sus esporádicas apariciones en los medios informativos son sólo para conocer más de los múltiples errores y atropellos que cometió contra la sociedad. Uno de esos rostros se refiere a la agricultura comercial que no se cansan de pregonar las voces oficialistas al presumir que ha colocado a México en la doceava nación productora de alimentos en el  mundo. El otro semblante tiene que ver con la Cruzada Nacional contra el Hambre, el fracasado programa con que inició la actual administración que sólo produjo fraudes a nombre de los pobres y, en consecuencia, más miseria en México.

En tal contexto se realizó la México Alimentaria Food Show 2018, durante tres días de esta semana en que d se dieron a conocer las oportunidades de desarrollo que ofrece el campo y los mares mexicanos. Dice la SAGARPA –promotora del evento- que en esta ocasión el cacao, la vainilla, maíz, frijol y chile, entre otros productos endémicos y con denominación de origen, serán los protagonistas. Hace tres años fue el aguacate por un concurso al que convocó el queretano José Calzada Rovirosa, entonces brillante secretario del que hoy pocos se acuerdan, que se ganó por ello el mote de “Mister Guacamole”. La ganadora de la receta fue la actual presidenta del PRI, Claudia Ruíz Massieu. Ahora no hay concursos pero la cocina prehispánica es la principal actora con la presentación de chefs, nacionales y extranjeros, que ignoramos cuánto nos costarán pues a final de cuentas todo se paga con los impuestos.

El asunto es que ya está en grande la muestra más importante de América Latina, que sirve --aparte de lucimiento de funcionarios emergentes como Baltazar Hinojosa Ochoa en la SAGARPA, un tamaulipeco que perdió su carrera en pos de la gubernatura— para informar que el sector agroalimentario nacional tendrá un valor al final de este año superior al millón de millones de pesos. En consecuencia, es un sector estratégico en la economía del país, que exporta 35 mil millones de dólares anuales y deja un superávit en la balanza comercial de casi seis mil millones de dólares, algo nunca visto, y un crecimiento del 20 por ciento si se compara con 2017. Claro que también sirve para justificar gastos por parte de una dependencia utilizada para La Estafa Maestra. A fin y al cabo estamos en el “año de Hidalgo…”.

Con estos resultados Baltazar Hinojosa no deja de pavonearse aunque apenas llegó a su cargo el pasado 4 de abril. Antes encabezó a la cuestionada Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollos de Mercados Agropecuarios (ASERCA) durante la gestión del coahuilense Enrique Martínez y Martínez en la SAGARPA. Como se dijo, el funcionario  no deja de presumir y asegura que en el sexenio el sector agropecuario creció alrededor del 50 por ciento, gracias a los más de 6 millones de productores del campo y de la pesca nacional. La Feria se realiza por los rumbos del Hipódromo de las Américas –hay que ir, termina el 16 de agosto— y dejará ventas por más de 22 mil 540 millones de pesos.

Sin lugar a dudas tanta riqueza resultado de la productividad de empobrecidos campesinos debiera ser compartida con los que poco tienen. Pues no, todo se lo quedan las empresas nacionales, trasnacionales y la alta burocracia. Prueba de ello es que al inicio de la administración Enrique Peña Nieto anunció, el 22 de enero de 2013, una estrategia “permanente” con el objetivo de resolver un grave problema que existe en México: el hambre.

La intención -sólo quedo en eso- fue que la población más vulnerable pueda acceder a un piso básico de derechos consagrados en la Constitución. Con esa meta se creó una comisión intersecretarial encabezada por la SEDESOL, un consejo nacional, un Comité de Alimentación, comités comunitarios y todo lo que se ha inventado para contar con una burocracia que sirve para nada. Si bien la Cruzada jamás contó con un presupuesto particular, habrá que imaginarse el monto de los recursos destinados a través de 90 programas de 19 dependencias, además de los de gobiernos estatales y municipales.

Del programa mayor de Enrique Peña Nieto pocos se acuerdan. Pero sí que desde febrero de 2015 la Auditoría Superior de la Federación reveló un fraude masivo en nombre de los hambrientos mexicanos. Eran los inicios de la Estafa Maestra con base en la firma de convenios con universidades públicas (en este caso las de Morelos y el Estado de México) y la Secretaría de Desarrollo Social a cargo de Rosario Robles Berlanga. Esta primera vez el costo al erario superó los 845 millones de pesos y, según el organismo de la Cámara de diputados, el robo a los pobres comenzó desde que inició el programa, o sea en 2013. Luego, gracias al portal de Animal Político, se pudo conocer que el gobierno utiliza 11 dependencias y hasta 128 empresas fantasma para desviar recursos millonarios. Se paga por proyectos inexistentes y casi todo el dinero va a parar a los bolsillos de los funcionarios. Al parecer ese fue el destino de 3 mil 433 millones de pesos que no se encuentran. Cierto es que no todo fue a nombre de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Igual es verdad que esos recursos han servido para saciar a los hambrientos de riqueza y de poder que, afortunadamente, ya se van.

Por hechos como estos es que perdió el PRI. Porque, como dice, Francisco García Davish, director de Quadratín, este gobierno resultó mucho más mamón que todos los demás.

DESDE EL CENTRO

Luego del berrinche protagonizado por Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa ante el gremio de los veterinarios (uno de los más poderosos del sector primario), la pregunta que flota en el Gobierno Federal es si en los trabajos de los equipos de transición el aún titular de la SAGARPA en la gestión de Enrique Peña Nieto, tendrá la vergüenza suficiente de no presentarse frente al presidente emérito del IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) y próximo titular de la SAGARPA, Víctor Manuel Villalobos Arámbula… ¿Tendrá el priista tamaulipeco la decencia de ofrecer una disculpa pública por su grosero desplante? 

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