Opinión

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa y mortal2c principalmente entre la población vulnerable
Fernando Aguilar/Negro y Rojo

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa y mortal, principalmente entre la población vulnerable, por eso cuando se dieron a conocer los cuatro casos detectados, tres en la ciudad de México y uno en Baja California, de inmediato se prendieron los focos rojos en la Secretaría de Salud; pero afortunadamente todo está controlado a decir del organismo de salud.

Y cómo no preocuparse, pues uno de los últimos brotes que sufrió México fue entre 1989-90 cuando se registraron más de 90 mil casos, con 8 mil defunciones, 4 mil fueron de menores de 5 años, lo cual habla de lo devastadora que podría resultar una epidemia principalmente en las zonas marginadas y con grado de pobreza, que a estas alturas es más de la mitad de la población.

El Secretario de Salud José Narro explicó que a “…los tres casos identificados en la Ciudad de México se suman a otro identificado previamente en el estado de Baja California”, de esta enfermedad altamente contagiosa que ha resurgido con intensidad, principalmente en países del primer mundo como Estados Unidos y Europa.

El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) de la Secretaria de Salud identificó en la Ciudad de México, tres casos, el primero corresponde a una mujer de 39 años de edad de origen italiano, residente de la Delegación Benito Juárez; el segundo a un menor de un año de edad, hijo de la mujer de 39, y el tercer caso corresponde a una mujer de 48 años, quien cuida del menor, esta última es residente de la Delegación Tlalpan. Los tres casos señalados fueron confirmados por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológico (InDRE) y actualmente se encuentran asintomáticos.

El rechazo a la vacuna

Pero esta enfermedad que se creía erradicada resurgió con intensidad, principalmente en los países del primer mundo; los especialistas achacan esto a la fuerza que están tomando grupos que rechazan la vacuna y que están abiertamente en contra de las groseras ganancias de los grandes laboratorios farmacéuticos.

Por ejemplo en 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 21 mil 315 casos de sarampión y 35 defunciones tan solo en Europa, 400 por ciento más que el año anterior (con 5 mil 273 casos). En 2017 los países más afectados en ese continente fueron Italia (4 mil 803) y Rumania (4 mil 487).

Es todo lo contrario en el continente americano, principalmente en los países en vías de desarrollo debido a que son prácticamente obligados por los organismos internacionales de salud a aplicar la vacunación masiva; es así que en lo que va de este 2018 se han notificado casos importados en ocho países de las Américas: Antigua y Barbuda (1), Brasil (8), Canadá (3), Estados Unidos de América (11), Guatemala (1), México (1) que aumentó a cuatro, Perú (1) y Venezuela (159).

Entonces no hay de que alarmarse porque los cuatro casos fueron importados no autóctonos, es decir, detectados en sujetos que vienen del extranjero y en quienes se mantiene una vigilancia epidemiológica para analizar contactos e identificar, en su caso, alguna otra persona que pudiera haberse infectado, aseguró el Secretario de Salud, José Narro Robles.

Recordó que los 183 casos detectados en nuestro país desde el año 2000, han sido así, importados, porque desde 1996, México está libre de casos autóctonos de sarampión, debido al programa de vacunación nacional que protege a la población infantil desde el primer año de edad, y con el refuerzo de una segunda dosis a los seis años, no hay posibilidades de una epidemia.

Al encabezar el pasado 16 de marzo la XIX Reunión Nacional Ordinaria del Consejo Nacional de Salud (CONASA), en Acapulco, Guerrero, y ante los 32 representantes de la institución de salud en la república y del representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Gerry, Eijkemans, puntalizó: “…las campañas nacionales de vacunación en México ha sido la manera más efectiva para controlar enfermedades… como el sarampión”.

El sarampión puede prevenirse a través de la vacunación, sobre todo teniendo coberturas altas entre la población. El grupo más susceptible de adquirir esta enfermedad es el de los niños pequeños y las mujeres embarazadas que no han sido vacunados.

¿Cómo se transmite y cuál es su tratamiento?

Los síntomas del sarampión cambian conforme se desarrolla la enfermedad. El primer signo es la fiebre alta que dura entre 4 y 7 días, y se presenta después de 10 o 12 días de estar en contacto con el virus. Durante la fase inicial del sarampión puede haber congestión nasal, tos, ojos rojos y con secreciones y manchas blancas en la parte interior de las mejillas.

Posteriormente se produce exantema, es decir, una erupción rojiza en la piel que dura de 5 a 6 días e inicia en la cara y parte superior del cuello, se extiende hasta cubrir el cuerpo en un periodo aproximado de 3 días y luego desaparece.

Pero hay que tener cuidado porque el sarampión puede tener complicaciones graves, incluso ser mortal. Algunas de las complicaciones son neumonía, encefalitis, diarrea grave e infecciones del oído y respiratorias.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, en una persona infectada con sarampión, el virus se encuentra en las secreciones de la nariz y la faringe; cuando tose o estornuda, las gotitas de saliva que expulsa pueden transmitir el virus y causar la enfermedad.

Y una vez presentado el cuadro, no existe tratamiento antiviral específico para el sarampión; sin embargo, para evitar complicaciones graves se recomienda una nutrición adecuada, la ingesta de líquidos, el tratamiento de los cuadros de deshidratación, la prescripción de antibióticos en caso de ser necesarios (por infecciones de ojos, oídos o neumonía) y la suplementación de vitamina A. Este último, con un comprobado efecto para reducir la mortalidad.

Afirma la institución de salud que la vacunación y la vigilancia epidemiológica son dos de las principales herramientas para prevenir el sarampión: la vacunación es segura, eficaz y económica. El esquema para la vacuna triple viral (SRP) que protege contra sarampión, rubeola y parotiditis, indica la aplicación dos dosis: la primera a los 12 meses cumplidos y un refuerzo a los 6 años. En cuanto a los adolescentes y adultos que no cuentan con las dos dosis de la vacuna SRP pueden recibir la vacuna contra sarampión y rubeola (SR).

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