SemMéxico/AmeccoPress. Madrid, 05 enero de 2017
Ya está el feminismo cuestionando conceptos. Ni reyes, ni magos: las cartas a las magas inundan las redes.
En primer lugar, un pedido común y prioritario es no permitir que se perpetúe una sociedad en la que nacer niña sea el mayor peligro de todos. Si además esa niña no es blanca, rica y delgada…la cosa se complica.
Ampliamos la petición para lograr que mejore la vida de las niñas en el mundo, que puedan ir a la escuela y no las obliguen a casarse, que lo de ir a buscar agua sea una tarea de toda la aldea y no de las mujeres, que todos los países prohíban la ablación.
Desde el ámbito de la economía, la feminista, el pedido se dirige hacia una apuesta por los derechos humanos y el desarrollo, poniendo en valor los cuidados. Y hablando de cuidados, uno de los colectivos que más cuida, las trabajadoras domésticas, piden que sus derechos laborales sean reconocidos y que por fin el Estado español ratifique el Convenio 189 de la OIT.
El ecofeminismo pide también por el planeta y porque comprendamos que hay que dejar de promover un modelo de vida que engulle todos los recursos naturales y no contribuye con la vida.
Sin duda que merecen un pedido especial las personas refugiadas, y en especial las mujeres refugiadas, que huyendo de la guerra se enfrentan a todo tipo de violencia y vejaciones. Que los Estados europeos se abran, que los pueblos se solidaricen.
Este año queremos que las mujeres sean visibilizadas como se merecen. Que las expertas en todos los campos sean consultadas como fuentes en las informaciones. Que las películas que vemos sean dirigidas, producidas y protagonizadas también por mujeres. Que las deportistas salgan en la tele. Que ellas y las políticas, y las científicas, y las artistas, aparezcan en las noticias por sus logros, no por la ropa que llevan, ni por ser parejas de alguien. Que los libros de texto se llenen de referentes femeninos, para que los niños y las niñas dejen de creer que la historia la hacen ellos. Que la publicidad y los medios de comunicación dejen de vender a las mujeres como objetos.
Pedimos que se invierta en educación. También en educación sexual. Que las mujeres sean libres a la hora de elegir tener hijos e hijas, o de interrumpir su embarazo. Incluso las más jóvenes. Que tanto el aborto como los procesos de inseminación artificial sean financiados por la sanidad pública, también para las lesbianas, y para las inmigrantes. Que los vientres de las mujeres nunca puedan alquilarse ni estar en venta.
Las mujeres rurales nos aseguran que la Ley de Titularidad Compartida fue una conquista después de años de lucha. Pero piden recursos para garantizar su implementación.
Desde la Plataforma del 7N desearían que se amplíe el concepto de violencia de género más allá de la que se vincula al ámbito de la pareja. Que se tenga en cuenta todas las formas de violencia que sufren las mujeres y en especial la violencia sexual. Y que esta, la violencia sexual, deje de ser un tipo de violencia en la que quien es cuestionada es la víctima.
En al ámbito judicial hay múltiples peticiones: más recursos, más formación, menos machismo. La Asociación de Mujeres Juezas, en concreto, reclama un Tribunal Constitucional equilibrado.
Pedimos que no haya hombres que maltraten y maten a las mujeres. Porque las mujeres no mueren, son asesinadas. Un buen avance sería la aplicación rigurosa de la Ley Orgánica 1/2004 y de la Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, lo que implica dotación presupuestaria y compromiso político, no simplemente minutos de silencio y publicidad mediática.
Para el ámbito político no dejamos de pedir paridad. Y que las cuestiones reclamadas desde el Feminismo y las políticas de igualdad dejen de ser postergadas por los temas que “ellos” siguen considerando prioritarios.
Las jóvenes piden libros, películas, videojuegos, cómic y canciones impregnadas de Feminismo. No quieren ser presas de la talla y por eso piden respeto a los distintos tamaños. A las diversas opciones. A la diversidad.