Economía

dosgraficasNueva carrera alcista en alimentos básicos, gasolinas e insumos para la producción agropecuaria: Ramírez

SHCP privilegia recaudación con impuesto al combustible sin importarle la población, señaló

Desempleo y salario mínimo deficiente, castigan a 50% de pobres, dice la dirigencia

 

Sin reconocer que las bajísimas tasas de interés e inflación internacionales fueron determinantes, a finales de 2015 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se jactaba de que en México se tenía una estabilidad económica que no se observaba en por lo menos 14 años.

No obstante, a pesar de que en el mercado mundial siguen bajas la inflación y las tasas de interés, en México desde inicios del 2016 se comenzaron a manifestar las ineficacias de la actual política económica, afirmó el dirigente nacional de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, en un comunicado.

Como consecuencia de ello, se observaron fuertes aumentos en los precios de la canasta básica, y no sólo derivados de la estacionalidad. Así, encontramos alzas en jitomate, cebolla, chile verde, limón, plátano y tomate verde. También en el caso del aguacate Hass, se observó un aumento del 100 por ciento y sus precios llegaron hasta 85 pesos el kilo, debido al desbasto provocado por el aumento de las exportaciones.

Lo mismo sucedió con los precios de la carne de res, que no han disminuido desde 2014, cuando pasó de 92 pesos el kilo hasta 135 en ese año; ahora el precio al consumidor está en 167 pesos el kilo en mercados locales. Por su parte, la carne de puerco, que en 2014 mantenía precios de 50 pesos el kilo, en este año rebasó los 74 y ha aumentado progresivamente a 89.

Afectaciones a productores y consumidores

Desde abril de 2013 hasta junio de 2016, el peso acumuló una devaluación de 55 por ciento, seis veces más que el 9 por ciento acumulado en la inflación. Esto ha tenido graves consecuencias para los productores.

La devaluación del peso ha propiciado un fuerte incremento en los precios de los insumos agrícolas importados, como semilla mejorada, fertilizantes, agroquímicos, así como materiales como cintillas para riego por goteo, a los que se suma la reciente alza del precio de la gasolina y el diesel, que aumenta los costos de producción de granos básicos y hortalizas.

Esto es consecuencia del deterioro provocado por las políticas aplicadas por los últimos gobiernos, orientadas a destruir la capacidad productiva del país.

Así, por ejemplo, en el caso del maíz tenemos que en estados como Guanajuato, Sinaloa, Zacatecas y Chihuahua, los costos de producción, que en 2015 se encontraban en 25 mil pesos por héctarea, crecieron a 30 mil pesos y en el caso del estado de Chihuahua, hasta 32 mil pesos, con rendimientos de 10 a 12 toneladas por hectárea.

Ahora que están por iniciar las cosechas, se ha anticipado que aumentarán los precios de transporte hasta los centros de acopio, así como las almacenadoras y los cuartos de frío, lo que inevitablemente impactará en los consumidores finales. A eso hay que agregar que debido a la falta de regulación, persisten los altos márgenes de intermediación, impactando en los ingresos de los productores y el poder adquisitivo de los consumidores.

Eso se agrava por el apoyo preferencial que proporciona el gobierno a las grandes empresas empacadoras, comercializadoras y exportadoras, sin voltear la cara a los pequeños productores, quienes dependen del temporal.

Los pequeños productores “tienen que nadar contra la marea” para alcanzar algún beneficio que mejore sus condiciones de producción y competencia para incursionar en el mercado. Por mencionar un ejemplo, para vender sus cosechas, desde finales del 2015 los campesinos y pescadores solicitaron a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que redujera de 7.90 a 7.37 pesos el precio del litro de diésel agropecuario y pesquero, a partir del 29 de enero de 2016. Hasta el momento eso no ha tenido frutos y, mientras tanto, los campesinos continúan pagando el diesel agropecuario a 14pesos el litro.

El gobierno federal no sabe qué hacer, pues mientras por un lado busca controlar la inflación mediante una política monetaria restrictiva instaurada por el Banco de México, por el otro, su necesidad de captación fiscal lo obliga a incrementar sus ingresos vía el incremento del combustible, y esto provoca inflación. En oposición a tener deuda, el gobierno federal opta, otra vez, por exigirle a los mexicanos que rellene las arcas del presupuesto que el Ejecutivo no ha podido aplicar de una manera eficiente.

Cabe señalar que en caso de presentarse un incremento general de los precios, éste tendría un doble efecto. Por una parte, aumentaría la recaudación fiscal por el incremento en el precio en la gasolina y el diesel; por la otra, mejoraría el ingreso aportado por el impuesto al valor agregado, aunque se mantenga la tasa del 16 por ciento.(

Es decir,  sin importar el castigo a productores y consumidores, el gobierno busca recaudar 300 mil millones de pesos por el IEPS de gasolina, en lugar de hacer recortes en el gasto, decide aumentar el precio a la gasolina.

Lo más grave es que se ha perdido el objetivo de atender la demanda de empleo. Al mismo tiempo que el gobierno demuestra que no cuenta con una estrategia para proporcionar bienes básicos en beneficio de los productores nacionales y a precios accesibles para los consumidores, crecen las cifras de desempleo, como lo confirma los más de 2.5 millones de jóvenes desempleados registrados por la encuesta nacional de empleo, lo que disminuye los ingresos familiares. (Ver

Anexos

Aumento de Inflación anual, BMX 2016 (mes actual contra mismo mes del año anterior)

Julio 2012          3.59

Julio 2013          2.50

Julio 2014          3.25

Julio 2015          2.31

Julio 2016          2.97

De acuerdo con CONEVAL, los salarios pierden la carrera contra los precios de los productos alimenticios, de mayor calidad alimentaria y nutricional, finaliza el boletín emitido por la dirigencia de El Barzón.

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