Cultura

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Zacatecas. El escritor presentó su obra, adaptada para una serie en Netflix 

“El diablo me obligó” es una gran metáfora de la pérdida de fe, un gran cómic lleno de referencias de libros donde el concepto del diablo está rebasado por el ser humano, que aveces resulta peor.

Cuando Francisco Haghenbeck estaba escribiendo ese libro transcurría la guerra de Irán y la de Afganistán, por eso hay referencias en esta obra de esos acontecimientos; sin embargo, lo considera, como lo anterior, un libro antibélico, aunque le molestaba lo que en ese tiempo estaba pasando.

Con los comentarios de Arely Valdés y Mauricio Moncada, “El diablo me obligó” fue presentada la tarde del domingo en la Feria Nacional del Libro de Zacatecas (Fenaliz), pieza que ha sido adaptada para una serie de Netflix, bajo el título de Diablero, bajo la dirección de Juan Manuel Cravioto y Rigoberto Castañeda.

La obra habla de dioses antiguos, no solamente de demonios, aquí aparecen también querubines, potestades y seres relacionados con el paraíso y con Dios que no son mejores ni peores que el hombre, son iguales.

En este libro hay una serie de diablos y demonios que están al servicio de toda la perdición humana y se vuelve interesante en la medida en que los personajes se van mezclando, pensado en que quien lo lea encontrará en ellos un punto interesante.

Cuando Arely leyó el libro le vino a su cabeza “El paraíso perdido”, el ensamblaje de lecturas del diablo, ángeles caídos… es acudir a la desacralización de la figura del diablo; tenemos la tendencia a ser formales y este es un juego socarrón en el que está, entre otros aspectos, la sordidez, dijo.

A Mauricio le pareció un libro divertido, secundó a Arely en el pasaje del canadiense pelirrojo con su playera de Star Wars, desprovisto, orinando en el desierto y percibió en el autor otras obras, otras lecturas.

En su momento, Francisco Haghenbeck compartió su experiencia al gestarse este libro. Dijo que llevaba mucho tiempo escribiendo sobre corte negro, novelas policiacas, recién terminaba la de Frida Khalo en un homenaje a la escritoras mexicanas.

Entonces decide escribir un libro para sí, con las cosas que le gustaban de joven, pensando en que en lector de ese libro iba a ser él mismo: Es un libro poco desquiciado, con gran manejo del lenguaje, de lo que es un obsesionado, así que pensó en hacerlo lo más literal posible.

“El diablo me obligó” fue escrito por su autor pensando que nadie lo iba a leer; Laura Lara, su editor le dijo: es terror, es broma, es juvenil ¿qué es?, él respondió: es todo, no tengo idea. A ella le encantó y le dijo que era una gran crítica.

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Guadalupe