El escritor de Culiacán presentó en la Feria Nacional del Libro de Zacatecas su última novela “No todos los besos son iguales”

“Tenemos que defender la palabra escrita y Ferias (del Libro) como éstas son las que sostienen y deben sostener la palabra escrita. Es necesario, tenemos que animar la industria editorial en el país”.

De esta manera inició su participación el escritor oriundo de Culiacán, Sinaloa, Élmer Mendoza, en la Feria Nacional del Libro de Zacatecas, durante la presentación de su más reciente novela: “No todos los besos son iguales”

Esta novela de Élmer Mendoza se gestó después de un encuentro entre amigos escritores, entre ellos Mónica Lavín, Cristina Rivera Garza y David Ojeda (qepd).

“Cenamos y acordamos escribir una novela breve cada quien, para publicarla juntos… las chicas terminaron rápido y David y yo no”. La casa editorial no pretendía pagar lo que decían y cada quien la publicó por su cuenta. David no la alcanzo a terminar.

¿Cuál fue la razón de escribirla? Dijo no tenerlo muy claro pero sí que en ese entonces estaba leyendo a un polaco que tenía un tratamiento de cuentos infantiles terrible; por ejemplo La Bella y la Bestia,  la bella no la lleva fácil y sufría mucho.

Eso le impacto bastante, pues siempre estaba queriendo hacer cosas fantásticas, pero sabía también que debía mantener un equilibrio “para no volverme loco”, aunque tiende a hacer cosas fantásticas. “Soy un autor despiadado y destruía lo que tenía que destruir”.

Creador del género de la narcoliteratura, en esta última obra no suelta de la mano a sus personajes femeninos fuertes, percibió Alejandro Ortega Neri al comentar la obra basada en la historia de la Bella Durmiente.

Fuera de la novela dijo que su familia le ayudó bastante, quizá sin saberlo. “En mi familia son las mujeres las que rifan, mis dos abuelas, mi hermana, una tipa muy plantada; mi mujer y mi suegra, son mi modelo de mujer, no necesito más allá y tengo que recrearlas”, dijo.

Para el caso del personaje de la Bella Durmiente conversó con sus sobrinas, para saber “cuál es la onda ahorita, en las relaciones con sus padres, maestros, novios…”, y de ahí empezó a enriquecer el personaje. En este camino descubrió que la tendencia es tomar el control por ellas mismas.