Cultura

ANAMéxico, DF. El bullying es tratado de una manera distinta en este montaje, afirma el director Boris Schoemann

 

Abordar el tema del bullying de una manera inteligente e imaginativa fue lo que orilló a Boris Schoemann a dirigir la obra Los ojos de Ana, que se escenifica los lunes a las 20:00 horas en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque.

En entrevista, el director informó que este montaje se ha presentado desde hace más de un año y medio en diferentes foros del país, porque habla de un tema de mucha actualidad: la violencia que se vive en las escuelas, la cual “se está exacerbando” en muchos países.

Comentó que el texto original de Luc Tartar está ubicado en Francia, lugar en el que se ha extendido la intolerancia religiosa y donde ser diferente es motivo de rechazo. “Es muy importante hablar de todo esto a los jóvenes”, afirmó.

Los ojos de Ana, señaló el director, “es un maravilloso testimonio de las causas de esos problemas sociales, pero no da respuestas o responsabiliza a alguien en concreto; pone énfasis en los problemas familiares, la falta de comunicación entre padres e hijos y los conflictos laborales de los progenitores, que impiden pasar más tiempo con su familia, entre otros temas afines”.

Indicó que la obra gira en torno a Ana, un personaje que curiosamente nunca aparece en escena. “No existe físicamente el personaje, pero todos los demás hablan de ella porque no acudió a la escuela y permanece encerrada en su cuarto. Nadie sabe qué le pasó”.

Schoemann apuntó que la obra busca tender un puente entre lo que propone el poeta y dramaturgo Luc Tartar y los actores mexicanos que protagonizan la puesta en escena. “Cada uno de ellos potencia las situaciones lo más posible, tanto en el aspecto cómico como en el dramático”, explicó.

Celebró que la pieza Los ojos de Ana haya sido vista por un numeroso público en sus tres temporadas anteriores, sobre todo porque han acudido muchos adolescentes. “Es una obra para jóvenes y adultos que permite el diálogo entre padres e hijos”, afirmó Boris Schoemann.

Dijo que una de las virtudes del teatro es que abre una ventana para que los jóvenes puedan expresarse. “La compañía Los Endebles se ha especializado en llevar a escena temas como la violencia, y creemos que para erradicarla es importante hablar de ella y no echarla debajo del tapete”, agregó.

Para Schoemann, “los niños y adolescentes merecen que se les trate con inteligencia y que se rete su imaginación con montajes de gran calidad”, como es la caso de Los ojos de Ana, que fue premiada como la mejor obra de 2010 en Francia por un jurado compuesto por jóvenes.

“La dramaturgia de Luc Tartar no es complaciente; está bien estructurada, no es evidente a la primera lectura y se nutre de la propia reflexión de los jóvenes. Los ojos de Ana no es ajena a esto; es un divertimento, no una obra sombría; tiene mucho ritmo, luz y esperanza dentro de la sordidez de las cosas que pueden ocurrir”, apuntó el director teatral.

“Como los artistas no somos pedagogos ni psicólogos, nuestro deber consiste en abordar de manera distinta las cosas que todos hemos vivido y conocido, como es el bullying. Todos nos vemos reflejados en escena y nos identificamos con un personaje en particular. El teatro, por ejemplo, te abre perspectivas, y consideramos que lo mejor que podemos hacer para proponer una solución es hablar de la violencia en las escuelas”, concluyó Schoemann.

Actuada por Guillermina Campuzano, José Cremayer, Christian Diez, Alejando Morales y Mahalat Sánchez, Los ojos de Ana se escenifica los lunes a las 20:00 horas en el Teatro Orientación, hasta el 23 de marzo. Suspenderá función el día 16.

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